jueves, diciembre 29, 2005

Claro como el agua - La ruptura


Volvió Melisa. Volvió más flaca, con cara de desgano y desamor. Volvió amarga. Nunca la había visto así, y nunca la había sentido tan pero tan lejana.
- París me hizo mierda.
- Es una lástima, le dije.
- Bah, no París París, no me refiero a la ciudad, a la cultura... Esa mina me hizo mierda la cabeza y el corazón.
- ...
- Creo que nunca te lo dije, por pudor quizá, quizá por mi amor hacia vos: pero esa mina me dio vuelta, me pasó lo mismo que con vos.
- ...
- París y ella. Era una mezcla peligrosa, pero vos estabas allí tan presente. Y yo no te podía ni escribir ni decir nada. ¿Qué podía decirte? Me sentía una hija de puta.
- Y te falta la pregunta que le hiciste a la lectora.
- Era sólo un lance, pero a la piba te la tiraste vos!
- ¿Me la tiré? ¿Qué me decís?
- Y cómo se llama eso entonces? No te vengás a hacer la finoli.
- Mejor seguí con lo de París.
- Sí, mejor. Pero... ¿por qué si nos amamos hay este maltrato?
- Es el guión de los grandes amores: no tienen happy end, dije ya cansada.
- No deberían tener un final, eso.
- Pero lo tienen.
- París me partió al medio. Y lo que decidí es que el año que viene termino acá y me voy para allá.
- ¿Por ella?
- ¿Te importa en serio?
- Por algo pregunto.
- No. Por lo que puedo hacer, por mi carrera.
- Y por ella.
- De todas formas, a principios de la segunda semana de enero me voy hasta febrero, y después vuelvo para rendir.
- Bien, me alegro por vos.
- No me decís otra cosa?
- Ahora no puedo, salvo que es mejor que “esto que tuvimos” lo tornemos en pasado, lo recordemos con mucho cariño, y que seamos, dentro de lo posible, amigas. Y que por el momento guardemos distancia.
- Wow, te largaste todo el discurso.
- No, es una propuesta y una necesidad. Quiero saber en qué estoy y con quién estoy y si es posible que estemos en la misma ciudad o a un kilometraje posible de recorrer en un colectivo de larga distancia, o un tren (o lo que quede de ellos).
- ¿Es una orden?
- No seas pendeja busca roña. No es una orden.
- Disculpá. Es que te quiero y aún te deseo, y...
- Basta, nena. Basta. Mejor lo dejamos acá, y si alguna vez podemos charlar más, lo haremos. Por mi parte this is over.
- (llanto).
La abracé fuerte, nos abrazamos fuerte, y cada una salió para su casa. Esto pasó anoche.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no sé qué decirte. Quizá hiciste bien.
Un beso, Ladyme

Anónimo dijo...

Al menos algo claro en tu vida ¿no?
Saludos y buen 2006.

Lucia

Anónimo dijo...

Yo sigo ofeeciendo mis servicios.
Besos, Bomber-ita

unamorsa dijo...

la pregunta importante es...estás bien?

Anónimo dijo...

No sé cómo ni por qué llegué hasta tu blog..., no sé por qué pero pasé gran parte de mi tarde de hoy, leyendo tu vida de los últimos 8 meses y casi 20 días... Sólo quería decirte que me resulta muy interesante, me enseñas mucho, y que me hiciste pasar por diferentes estados de ánimo, leyéndote...(desde risas a llanto...) Te dejo un beso, y obviamente, seguiré tu historia. Un beso, cuidate y lo más lindo..., permití que te cuiden... Soy María.

Unknown dijo...

uf, qué forma de tomar decisiones, admirableee

VIOLETA dijo...

mi dialogo fue mas corto, con más llanto. jamas he sabido hablar y me arrepiento. Bajó del coche sin volver la mirada, partí de la puerta de su casa sintiendo como me desangraba. Y aquí estoy, tratando de entender quien mierda soy en este espacio de tiempo