domingo, julio 24, 2005

3 meses de amor a nuestra manera

Aprovecho ahora que M. se fue a comprar unas facturas para el mate dominical. Sí, a esta hora. Es que desde la medianoche estamos de festejo, recordando cómo comenzó todo lo nuestro.
Hoy hace tres meses que nos conocimos, en realidad que nos encontramos y cambiamos unas pocas palabras y yo quedé hechizada con ella.
Además de hacer el amor, hemos hablado mucho sobre nuestros encuentros con otras personas en este tiempo. Yo por samaritana y ella por despecho.
Nos amamos, y este lazo crece. Y queremos ir viendo cómo vamos construyendo esta vida juntas. Hoy nos quedaremos aquí, muy juntas, ya que el día gris llama al encierro amoroso.
A la noche, los chicos de “La Mariposa” insistieron en hacernos una fiesta tortillera. El menú estará compuesto por diferentes tipos de tortillas, además de las presentes.

viernes, julio 22, 2005

La sal de la vida

Algo de eso siempre fue la literatura para mí. Un poco de gusto para algo tan amargo, al menos así lo sentía cuando era adolescente. Recién ahora lo racionalizo, lo paso por el tamiz de esta cabeza que, de todas maneras, piensa mucho.
Me sonrío, y pienso en la chica de ayer, que hoy volví a cruzar en el bar. Desayunamos con Melisa, cuando entramos ellas se saludaron. Sospecho que la chica es clienta de la librería donde trabaja M., allí nomás, pegada al bar.
No le pregunté nada. Por ahora quiero armar mi propia historia sobre esta piba, que me recuerda tanto a mí.
Hoy no pude ver qué leía, sí observé que seguía escribiendo de manera afiebrada. Yo también escribo afiebrada este blog, largando mis demonios y mis ángeles, para los otros demonios y ángeles que lo leen.
Tomo notas, digo: esto es para el blog. Fiebre de palabras. Fiebre de nombrar aquello por lo que paso, lo que vivo, lo que amo.

jueves, julio 21, 2005

La chica que leía en “La Mariposa”

Algunas personas se van animando, se acercan a hasta la puerta de “La Mariposa”, miran para los costados y entran.
Hay más concurrencia a la noche; ya sabemos que la oscuridad cobija o da la impresión de cobijar a quienes se mueven clandestinamente. Y por lo que vemos hay varias personas en esa situación.
Por una cuestión de militancia desayuno allí todos los días, en la mesa pegada a la ventana. Pasan muchas vecinas curiosas yendo hacia el mercado, la feria o la verdulería. Se quedan duras al verme y esbozan un saludo.
Por mi trabajo soy bastante conocida, además, ya hace un tiempo atrás, hice radio y bueno, se me conoce. A muchas de ellas les preparé el cumpleaños de 15 a sus hijas, o un evento para la empresa del esposo, y hasta les he recomendado qué enviar cómo desayuno para avivar la pasión en su relación.
Hay dos posibilidades: que merme mi trabajo o bien que aumenten y que me vengan a “estudiar” en vivo y en directo.
La que debe estar como loca es la madre de Melisa, ya que su hija y su ex esposo son habitués también.
Esta mañana, para mi sorpresa, fuimos como diez personas las que desayunamos allí. Este horario es una apuesta de los chicos, más que todo de activismo: un bar a toda hora. Es sano, va en contra de lo esperado. Queda en vos tu decisión: voy o no voy. Me la banco o no.
Esta mañana me llamó la atención una piba muy jovencita, yo creo que tiene menos de veinte años. Cabello muy largo, unas gafitas negras que se sacaba y se ponía, un morral verde ya desgastado, jeans y camisa con chaleco. Fumaba nerviosa mientras leía y tomaba notas. Traté de ver con quiénes estaba acompañada: Susana Thénon, Diana Bellessi y Juana de Ibarburú. Esta última me llamó la atención, de todas formas ese terceto es maravilloso para ser devorado en un bar LGTB, a las 9:30 de la mañana, con un solcito que pegaba despacio en un rincón de la mesa.
La chica anotaba y anotaba, diría casi con fiebre, en un cuaderno. Vaya a saber una qué escribía.

miércoles, julio 20, 2005

¿Amor? ¿Deseo?

Recuerdo lo que dice la canción: ¿qué ves cuando me ves? A unas cuantas horas de una tarde de sexo, de hacer el amor, de coger, de entrega salvaje, me pregunto (yo siempre con mis preguntas) qué es lo que se desea y qué es lo que se ama.
Se ama el cuerpo de la otra, se la desea a ella o a su cuerpo, ellacuerpodeseo puro. Se desea el amorenella, el desvanecerse del Yo en el ella. yoenella=fusión de amor/deseo.
Cuerpos calcinados al roce, al toque. ¿Qué deseo de vos? ¿Qué amo de vos? o ¿es simplemente que a vos te amo?
Cuerpo del deseo encarna a Ella sobre este otro cuerpo que soy, dejándome ir. Fusión, fluir. Jadeo. Entrega.
Yo en vos. Yovosellanosotras. Pluralidad en el orgasmo. Te amo no dice todo lo que debería decir, por eso ¿la fuga? Te amo no alcanza para la pelvis que choca y vuelca mi vulva enardecida.
Hora del chocolate para el amor. Cacao en la boca, fuego en las entrañas. Beso contra beso. El deseo se da, es dado. Replica en la caja de resonancia de los cuerpos. Amor. Deseo. Ambos en ambas. Caida desde el cielo de la tarde. Me amás: no alcanza para nombrarme en vos cuando entro, cuando penetro, cuando muerdo, cuando te arranco de vos. Puro éxtasis. Puro irse, en voz, en jugos, en tibia cueva que lamo y relamo.
Gusto a mar en las costas más lejanas. Olvidada de mí: voy. Leche de madre, de amante, de hermana. Recojo los caracoles que hablan de vos, de mi. yoenella. Penetrada por la pasión. Pero la pasión es otro post.

Esbozo de cuerpo desnudo

Su lengua jugando con mi lengua. Su lengua en mis pezones. El roce, la mordida, el chupón. La saliva humedeciendo las torres. El beso detenido, más que lento. El torbellino de la lengua sexo que juega en mi boca. Teta contra teta. El círculo del deseo se abre, abre mi concha. El sexo juega en nosotras. El beso, mutuo. El dedo, las manos, las caricias. La mordida, el jugo.
La voz que no llega a nombrar, sólo sonido. Sólo gutural. Nuestros nombres perdidos para siempre en el jadeo animal, en la comba de las piernas, en la búsqueda, en la sed. En el ansia de comerse. Caníbales.
Vos, yo. Almas con cuerpos deshechos, vueltos a armar. Deseo a la luz de la luna. Sonido lejano de mar. Muy lejos, en mi sueño.
Me bebes, te bebo. Lujuria, dibujo de la noche en tus ojos, en tus pezones rozando los míos. La concha chocando con el espejo. El dedo dibujando tu rosa, la mía. Mezcladas, acabamos.

lunes, julio 18, 2005

De cama

Así quedamos todas/os después de la inauguración del resto bar.
Entre el sábado y el domingo vinieron más de 200 personas. No todas de la comunidad LGTB, muchas son gente amiga que quería dar su apoyo, la verdadera movida se verá desde mañana, ya que decidieron que los lunes estará cerrado.
Yo por lo pronto iré a desayunar. Quiero apoyarlos realmente. Ya les dije que tienen que aprender a hacer un muy buen capuccino.

¿Hubo personas conocidas que una no sospechaba que fueran “como una”? Sí. Dos maestras, una abogada, y una proveedora de mi negocio. Esta última se quedó de una pieza al verme y yo a ella. Nos cagamos de risa un rato: nervios de ella, sorpresa mía.

viernes, julio 15, 2005

“La Mariposa” abre mañana

Ya está aquí, a sólo unas 36 horas, más o menos, el día de la inauguración de “La Mariposa”, el bar de Roberto, amigo de Melisa. Yo colaboré con ellos, pero no es mi bar. Lo siento como si lo fuera, pero no soy su propietaria.
Están y estamos muy ansiosos y ansiosas. Esperamos que venga gente. Las amistades están más que comprometidas, pero el resto de la pacata sociedad de por aquí, no sabemos muy bien qué hará.

Por el lado relacional, estamos hablando mucho con M. Intentamos reacomodar la relación. El deseo sigue allí, pero no creo que eso solo ayude para sostenernos. Salvo que nos planteemos eso: sólo el deseo carnal nos une. A mí me da la impresión, y lo siento adentro de que es otra cosa la que nos mantiene juntas. Veremos. No quiero hablar ni pensar por ella.
La otra posibilidad es una relación abierta. No sé. Todas estas cosas me cansan un poco. O yo ya venía cansada. Mucho vértigo y movilizaciones en el último tiempo.

miércoles, julio 13, 2005

No será la última vez

Ya conozco esta historia. Ya me contaron y conté este cuento. No será la última vez que me metan los cuernos, y mirando para atrás, que yo pueda tener otra historia.
La cuestión es cómo podemos ir construyendo otra forma de relacionarnos sin hacernos doler, si es que nos corremos de lo esperado, del guión autoimpuesto.
Yo amo a Melisa, ella me ama. ¿Qué pasa con nuestros deseos? ¿Por qué van tras otros cuerpos? ¿Qué falta en nosotras que no sacia a la otra? O ¿es fuego por demás?

martes, julio 12, 2005

De esta agua no he de beber

Un dicho interesante pero que conviene no decirlo muy a menudo, ni siquiera una sola vez. Yo sé que soy enamoradiza, con rollos de la edad y eso, pero enamoradiza, no lo voy a negar; miro a las mujeres, las observo, y todo esto lo reconozco abiertamente. Take me or live me.
Pero, que quien rasga todos los velos del templo porque una se tiró una cana al aire casi sin pensarlo, que esa persona que me hizo TODA una historia, TENGA su historia y que yo la pesque, es otra cosa.
Sí, sí, la tierna dulce gótica y fiel Melisa, ella mismita. No le recrimino nada, sólo le dije que hubiera sido mejor que se cuidara de andar por allí con su yiro.
Lo que yo me sospechaba alguna vez: casi la misma edad, piercings, y pura anorexia.
Por ahora la gata me la quedo yo. Y la bronca.
A esa piba, tan pero tan madura, se les acabaron la palabras. Y lloró, lloró mucho, porque no me podía explicar nada. Porque no había nada que explicar.

lunes, julio 04, 2005

Fin de semana

Volvimos a ir a Rosario, gracias a Amanda: ella tenía que ir a comprar unas cosas y nos llevó en auto. Fuimos a la marcha. No se podía creer lo pobre que era. Creo que no llegamos ni a 30 personas. Realmente me entristeció. Fuimos hasta al final y al llegar al lugar donde se haría el acto nos fuimos a la media hora, el acto se estaba atrasando y queríamos YA estar en casa.
El domingo almorzamos con el padre de Melisa y el resto de la tarde estuvimos ayudando en los casi casi últimos retoques a “La Mariposa”, el bar-resto LGT que se está por abrir en Santa Lucía.
Los chicos ya empezaron a promocionarlo y ya salieron los conservas y los caretas de la ciudad.
Más noticias por aquí muy pronto.

viernes, julio 01, 2005

De la memoria

Una vez, hace mucho, tuve un romance con una gitana, pero de Europa. No se vestía igual a las que vemos por acá, tampoco, como me dijo ella, leía las manos o adivinaba el futuro.
La encontré en Madrid, en un curso de verano. A mí me parecía que ella “me miraba” y a los dos o tres días de compartir cuestiones relacionadas con el Siglo de Oro español, me decidí a preguntarle si había onda.
Su respuesta fue una mirada muy profunda y tomarme de las manos. Y me dijo: “Hagamos como que no”. Yo me quedé de una pieza. No lo podía creer. Esa tarde seguimos en el curso, fuimos de tapas con algunas chicas españolas, y a la noche,. ya pasada la medianoche, alguien golpeó a mi puerta. Era ella, vestida sólo con una camisola tipo de bambula, pero de varios colores, que resaltaban con su cabello castaño tirando a colorado.
Su cuerpo era una mezcla de almizcle y patchuli. Vaya a saber una qué decía en su lengua en el momento del éxtasis. Para mí fue una semana vibrante, llena de colores nuevos, de nuevos saberes.
Recuerdo esto hoy al haber visto ayer, durante casi todo el día, las escenas de ese Madrid en festejo por la ley que permite casarse a las persones LGT allí. Yo no me casaría, ya lo he dicho, pero estos cambios, de alguna manera, emocionan, y ponen de las chapas a los conservetas recalcitrantes.

Resumen

1) El sábado pasado fuimos a Rosario. No se hizo la marcha LGT porque llovió. Nos quedamos igual.
2) Melisa se volvió el lunes a la mañana a Santa Lucía, yo me quedé en Rosario hasta el miércoles.
3) Estoy mejor de ánimo.