martes, noviembre 07, 2006

Reencuentro

Su cuerpo se deshizo en mis dedos, en mi boca. Fue el bocado exquisito de estos últimos días. Renata, puro fuego de vuelta, puro torbellino. ¿Cómo explicar esta alegría, este estado tonto?
A veces me digo: no tiene sentido, cuando estás feliz, ponerte a escribir. ¿Para qué? ¿Qué se puede fijar de la alegría? Todo es volátil, pasajero, pero de seguro deja sus marcas, al menos en la comisura de la boca: esa marca de que allí hubo, al menos, una sonrisa por algún tiempo.

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1 comentario:

María dijo...

Cuando uno es feliz eso no puede escribirse, porque no hay cómo. Al menos que uno ponga en letras grandes, con lápiz labial o bien pintura verde sobre un árbol: "Resurgí", o "Me han besado"... yo pondría "Muerte, ven"