viernes, junio 24, 2005

Marcha

Ya estoy preparando mis zapatillas de marchar. Parece que habrá marcha lésbica en Rosario, según informa Gabriela en su “bloga”.
Acabo de llamarla a Melisa y comentarle esto, y le pareció bien, viajar a Rosario, marchar y después comer por allí, y hasta pernoctar.
Yo estoy mejor, más relajada e intentanto no hacer todo lo que solía hacer a la vez.

martes, junio 21, 2005

Desde el alma

Llega un momento en que si una no para, no se detiene y hace como una especie de “resume” del historial de los últimos tiempos, simplemente se va a la mierda.
Tantas emociones, tantos niveles relacionales. Tanto sexo, cocina y rockanrroll. Tanto piercing, ex compañera del colegio y ex amante del tomate.
Tanto coming out familiar, familias ampliadas y felinas adoptadas.
Tanto amor desaforado y sin forma.
Tanto amor desenfadado y ultramundano.
Tanto flujo y reflujo. Tanto deseo dibujado con la lengua, con los dedos, con la concha, con las piernas.
Tanta vida acumulada, tanto trabajo, tanto cambio. Hice: plaf, me caí y surmenage. Sí, así como lo oye vecina. Sur-me-na-ge, y no era justamente el menage del sur, no, no.
Me caí desplomada: plof sobre la compu, menos mal que en casa. Sales, unas pastas, y arriba. Que si no descansa, y que patatín y patatán.
Resultado: avión: sierras de Córdoba: la casa de la tía del padre de mi chica.
Allí: no hacer nada, pero me hicieron de todo: desde mimos a comidas, hasta una torta de chocolate. Me dejé hacer. Me dejé mimar, y si bien ya volvimos, seguiré laburando a reglamento, no en dos o tres cosas por semana sumado a la vida en general.
Ahhh... qué lindo el verde, las sierras, la nada, el respirar hondo y sólo el amor.

jueves, junio 16, 2005

Mudanzas

Melisa ya llevó todas sus cosas al departamento que comparte con Carlos desde hace un tiempo. A casa trajo un poco más de ropa y un poco más de libros. Ya había cosas de ella en casa, ya que desde casi un comienzo, o pasadas las primeras semanas, ella se quedaba un par de noches, otras iba a su casa o se quedaba en el depto.
Lo feo fue verle su cara al “deber” irse de su casa. La madre decidió no estar presente: ¿miedo? ¿dolor? ¿vergüenza? ¿indiferencia?
La mudanza también incluyó a Natalie Barney, la gata de Melisa. Y como caía bien de maduro está en casa. Por suerte está el patiecito del depto, ya que vivo en una planta baja. Lo más curioso fue que yo no sabía de su existencia, hasta ayer. Es de esas tricolor, y tiene algo de matriarca felina torta. Veremos cómo se va dando nuestra relación.

martes, junio 14, 2005

Cambios

Las relaciones humanas no son fáciles. Vaya novedad! Pero bueno, cuando a una le toca estar en el medio de un tire y afloje entre madre e hija, y en esta caso la hija es la compañera de una, bueno! la cuestión es otra.
La vieja se puso dura, ultimátum de por medio: Melisa debe mudarse en la próxima semana. Lo charlamos mucho, ya que ambas sentimos que todavía no estamos listas para pasar a convivir 24 hours a day.
Así que la idea es que ella se mude al depto. que “comparte” con Carlos, y ver cómo podemos ir acomodándonos los tres a nuestro tiempo y al tiempo del flaco.
Mientras estoy en todo esto no puedo dejar de pensar en aquellas chicas, algunas amigas, a las que echaron de su casa después de blanquear su orientación sexual. El gran castigo: desclasarte, tratar de transformarte en una paria.
Muchas de ellas han llegado al intento de suicidio, o al abuso de pastillas. Otras, las que no fueron echadas, fueron sometidas a tratamientos psiquiátricos de mierda.
Cuánto dolor, cuánta injusticia sólo por amar a otra persona de tu mismo sexo; sólo por amar.

domingo, junio 12, 2005

De Cama

Así fue como quedamos después de la cena. La madre de Melisa no sólo se quedó la cena completo, también a los postres. Y faltó como en aquellas viejas películas o novelas, que se pasa al living a tomar el café o fumar un habano.
Al comienzo hubo mucha tensión, casi ninguna de las tres hablaba y a mí se me había cerrado el estómago.
Por suerte, la madre detectó una de las especias que le puso al saltado de vegetales, y empezó toda una disquisición sobre el uso de las especias.
Según me confesó más tarde M., no sabía que su madre fuera casi una especialista en la materia. Hasta me prometió mandarme un libro con su hija.
Saltaron las preguntas clásicas y esperables: trabajo, vida anterior. Fue muy clara y tajante: “no quiero saber dónde se conocieron”.
Otro nudo en la garganta para mi, y una patada que le di por debajo de la mesa a Melisa, ya que vi que le iba a saltar mal a la vieja.
En otro momento dijo algo así: “Ya me lastimaron y mucho con este tema. Ser homosexual”. Y me preguntó a mí si pensaba que esta relación puede durar.
Le dije que al paso que vamos sí, y quizá mucho tiempo. Yo amo a su hija, le dije. Se puso pálida, tomó un sorbo de vino, para decir que entonces esperaba que Melisa pasara a vivir aquí lo más pronto posible.
No quiero poner aquí y no podría hacerlo lo que pasó en ese momento. Gritos, llantos entre ellas dos. Yo supe en ese momento que no debía intervenir. Era un rollo de ambas, y obviamente el que tiene con su ex-marido. No debe ser fácil para esta mujer haberse enterado en su momento que su esposo era gay y luego su hija.
Ya para la altura de esta discusión estábamos en ese momento del “living” al que me referí más arriba. La madre no duró mucho más, y se fue.

Nosotras además de quedar de cama hemos hablado mucho sobre la movida de convivir, de ella dejar su casa, etc. En eso estamos. Recién hace un rato M. fue a lo de su madre.

viernes, junio 10, 2005

Esperando

Fumo, voy de un lado a otro. Ya está todo cocinado, al menos hervidos los vegetales. El pechito lo pondré 15 minutos antes de la hora convenida, o 20 minutos.
Ya estoy bañadita, perfumadita, nerviosita.
Melisa pasó cual ráfaga, me dijo que la vieja está con un humor pasable, y se fue para su casa. Vendrán las dos juntas.
Lástima que no tengo uñas largas, me vendrían bien para comerlas!

Humedad, nervios y suegra a la vista

El día “S” ha llegado. Esta noche conoceré a lo que muchas personas llaman suegra. Yo prefiero decirle la mamá de Melisa.
Por cuestiones estratégicas, le planteé a M. de reunirnos en casa. Si alguna de las dos (la madre o yo) tiene que salir huyendo, prefiero que sea ella la que se vaya de mi casa. Además jugar de local me da un poquito de ventaja, pero conozco algunas historias que refutan de manera terminante mi última idea.

La cuestión es que hoy me tomé el día libre, limpié la casa, la ordené un poco (desde que Melisa pasa más tiempo aquí, hay un nuevo orden mundial: el suyo).
Hice las compras: buen vino, pechito de cerdo, vegetales; y pienso, si llegamos a los postres, unos crepes con nutella.

Tengo nervios, no tanto por mi, sobre todo por Melisa. Parece que su madre es de humor muy cambiante, y como M. todavía vive allí, es decir, convive con ella, me preocupa un poco. Pero bueno, aquí estamos. De sólo respirar hondo me mareo. Ja.

jueves, junio 09, 2005

Todo vuelve

Puede ser que cuando estábamos teniendo calma, goce, estar bien... alguien se tenga que descolgar, locamente y joder la vida?
La chica esa que le intentó llenar la cabeza a M. respecto a mí, no se conformó con que M. la mandara la miercole. No. Desde anoche me está llamando por teléfono, dejando mensajes en cuanto contestador encuentra.
Que qué hace una vieja como yo con una chica, que si no me da vergüenza haberla engañado a M. y volver con ella. “Te tendrías que quemar en el infierno” (sic) fue la frase más brillante.
Melisa me dice que haga una denuncia, yo le digo que dejemos que se le pase.

miércoles, junio 08, 2005

All by myself


Lilith 99
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En mi casa tengo bañera. Apenas me mudé aquí refaccioné el baño y le hice colocar esa gran amiga. Allí pongo sales, aromatizo el ambiente con un sahumerio, de los buenos, los de la India.
Allí me dejo estar, me reencuentro conmigo. Me halago, me hago y dejo hacer por el agua, tibia.
Voy recorriendo mi cuerpo, lentamente. Empiezo por mi cuello, lo masajeo, lo mimo. Dejo que se distienda. Voy hacia mi pecho. Allí me detengo un rato, juego con mis senos, con los ojos cerrados y con los ojos abiertos. voy descubriendo, nuevamente, el placer de la caricia, de la presión precisa.
Voy hacia mi abdomen, también lo masajeo (ignoro las estrías). Voy hacia el pubis. Mi Monte de Venus invita a perderme y jugar con los vellos. Allí naufrago, mis dedos quieren irse rápidos, seguir por mi cartografía.
Voy hacia el centro. Vulva más que húmeda, doblemente húmeda. Gota de miel en el agua. Abro los labios, despacio, sabiamente. Busco la rosa de los vientos, la flor de las altas montañas, de los despeñaderos. Hurgo allí, busco a la que se escapa, como una amante de Safo.
Juego allí, deseo los labios de la amada, tan amada. La explosión se expande a todo el cuerpo. Me sacudo, vuelo. Caigo casi desmayada. Vuelvo en mi. Me ducho, y salgo a la vida.

martes, junio 07, 2005

Entera

Tengo la piel sobre los huesos, los huesos en su lugar, el deseo a flor de piel, la piel como el deseo de la flor que un colibrí quiere libar.
Estoy a mitad de mi vida, plena, subiendo y bajando, sí, sí, pero plena. Hay una luz en mi corazón que brilla cada vez con más fuerza.
Esto aliviana, un poco, los días pesados, la repetición del encierro en la oficina, tratar con gente careta, deshacerme en ideas que otros llevan adelante.
El amor es como un pequeño remanso en estos días en que no sería nada de nada sin Melisa.

domingo, junio 05, 2005

Cansancio

Es increíble, es domingo y estoy recansada. Como si hoy terminara la semana. Es que estuvimos en el local de “La Mariposa”, va quedando muy lindo y acogedor. Que pintar, que lijar muebles. Pudimos cortar al mediodía y nos comimos un asado con los chicos.
Finalmente ayer Melisa mandó a la miércole a esa compañera de la facultad; resulta que la tipa se le quería tirar, y como no se animaba se subió a la historia de mi engaño para llenarle la cabeza a M. y así poder conquistarla. Vaya vaya.
Melisa me comentó que le dijo de todo ella a la otra y la otra a ella. M. no sabía que su compañera fuera torta, así que fue todo un descubrimiento.
Yo por mi parte siento que necesito ese viaje, cortar un poco con el laburo, con la ciudad. Necesito relajarme, poder leer un poco. También quiero empezar a ir conciertos. Lo más o menos cercano sería ir a Rosario, pero no me da. Acá en Santa Lucía tenemos, aunque no se crea, una orquesta de cámara, pero andan medio vagos este año.
Tengo ganas de andar descalza en una playa, jeans sweater, y hacer el amor por allí con mi chica. Aunque nos muramos de frío. No importa. Y luego un vinito.
Siento de necesidad de retraerme, de volver a estar conmigo misma, volver a mis hobbies.
Hasta se me cruzó la idea de dejar de escribir el blog. Pero no lo sé.

sábado, junio 04, 2005

Resaca

No exactamente mía, sino de Melisa. Llegó a eso de las 6 de la mañana, cayéndose de borracha, apestando a cerveza. Bueno, voy a ahorrar detalles. Apenas podía hablar, pero no paraba de decirme que no la dejara, que no era mala, que me amaba.
Una semana de nervios y decisiones para ella terminó en esta explosión. La pude llevar al baño, ayudarla de darse una especie de ducha. Le hice un té con jengibre, y la llevé a la cama.
Se despertó hará como un par de horas, y pudimos hablar. Me pidió disculpas. Que nunca se pone, que lo que había hablado con las amigas le había hecho recordar lo que habíamos pasado, y que una de ellas intentaba ponerla en mi contra, de todas maneras.
- Entonces tomé, tomé, tomé. Daba asco esta mañana, ¿no?
- No importa ya, quiero que estés bien.

Se volvió a bañar y se fue a la casa para buscar ropa, algunos apuntes, verla a la madre, y como me dijo, hablarle a la compañera de la facultad y mandarla a la mierda.

De noche

Ayer me di un gusto caro, me compré un perfume que se llama “Poeme”, y para quienes lo conocen ya saben lo delicioso que es. Quería regalarme algo que permaneciera en mi cuerpo, que me dejara marca y que quizá M. se llevara con ella en sí misma.
Uf. Hoy ando así, al menos esta noche en que estoy sola. M. no viene hasta tarde, ya que salía con unas amigas de la facultad.
Yo me puse a leer un libro, a leer algunos blogs. Me acosté y me volví a levantar. Viernes ya sábado y no me siento como para estar sola, pero me hace bien. Sólo que hoy estoy así.
Tengo ganas de irme de viaje, de proponerle a M. unos días en cualquier parte. Sería lindo. Pienso en Colonia, Uruguay, o bien por el sur del país.
Mierda, todo esto para no terminar de decir que la amo y que la extraño. Qué vida!

viernes, junio 03, 2005

Pensares

Melisa está contenta y se siente aliviada. Yo me siento contenta por ella, y algo cagada en las patas. De golpe la familia de la otra aquí mismito. Lo del padre, vaya y pase, pero lo de su madre. Esta acelerada quería que hoy nos reuniéramos, por suerte le hice entender que sería bueno darle un poco más de tiempo a su vieja para que metabolice la noticia.
Muchas veces he escuchado decir que la salida del closet es una salida constante, siempre lo estás haciendo. Pero existen aquellos que se pueden llamar lo más fuertes o emocionales: a los padres, a la familia, a las gente más pero más cercana.
Yo recuerdo que una amiga me dijo que “me seguía queriendo por más que estaba enferma”. Ay mi dios! De sólo recordarlo se me sube el capuccino de la tarde. Ah y ya antes se me había subido. Es que me llamó Gloria. Cuando sentí su voz me dije: “sonamos”.
Llamó para saber cómo estaba yo, que había desaparecido. Le dije que antes llevaba para ella desaparecida al menos 1o años, que no se extrañara.
Me recriminó mi tono de voz y lo que le decía. Yo le dije que intente olvidar lo de ese sábado, y que por favor no me vuelva a llamar.
Me habló de la “orfandad del amor y del deseo inconcluso”, teoría que realmente no llegué a entender. Se hizo la enojada y largó la famosa frase: “yo me imaginaba que las lesbianas eran así”. A lo que no contesté nada (me dejaba servido varios bocadillos, pero realmente no quería escucharla más).
Le dije que muy pronto abriría un bar y resto gaylésbico y que allí seguro podría concluir su deseo y dejar de ser huérfana del amor.
Me puteó y colgó. Yo colgué y la putié también. Qué amargor en la boca, y eso que la canela aún aromatizaba mi boca en ese momento.

jueves, junio 02, 2005

La llamada

- Hola?
- ¿Hablo con la Sra. “... ...”.
- Sí, ella habla.
- Hola, soy “... ...”. No sé si me recuerda.
- Sí, cómo no!
- Creo que además le deben haber contado una charla que tuve con una personita muy especial(sic)anoche.
- Sí, sí. Esta madrugada.
- Me alegra que sea usted quien está con Melisa.
- ¿Se alegra?
- Me alegro y tranquilizo. Usted es de confianza!
- Mire que en las relaciones humanas se muestran otras facetas.
- Sí, puede ser. Pero hágame un favor...
- Si puedo.
- Cuídela a Melisa. Ya sabe cómo es este “mundo”. Hay mucha gente de mierda.
- Ehh, sí. Creo que nos cuidamos las dos.
- Pero ella es muy pichona, o al menos me parece. No sé. Quizá no conozco bien a mi hija.
- Es una persona muy madura, y amorosa.
- Sí, claro.... Bueno, espero no haberla molestado...
- Para nada.
- Ya la llamaré por alguna otra actividad.
- Cuando guste.
- Gracias y hasta pronto.
- Chau, de nada.

Fuegos cruzados. Eso es lo que surge de las salidas de closet. Pero no esperaba recibir una ráfaga tan pero tan rápido!

Salida del closet inesperada

Melisa llegó a eso de la una de la mañana. No la podía parar. Me sacó de la cama, preparó café, y me dijo: “Sentate. No lo vas a poder creer!”.
Me senté, nos sentamos. Y me largó: “Mi viejo es puto”.
- ¿Qué? casi me atraganto con el café, que además quemaba y mucho!
- Sí. Yo estoy medio como loca, porque estuve como dos horas dándole vueltas al asunto para que no le cayera muy mal, hasta que me dijo: “Vos me querés decir que te gustan las mujeres?”. Me lo quedé mirando y le dije: Sí.
En este punto de su relato M. empezó a llorar, y se me acercó para abrazarme, más bien para que la abrazara. Parecía un flancito entre mis brazos, no esa mujer salvaje que suele ser.
- Sabés qué me dijo? Que por eso se terminó de separar de mi vieja. Que la quería un montón, pero que a él le gustaban los hombres. Parece que mi vieja lo tomó para el orto a todo esto, pero bueno, con la historia del exilio a cuestas y toda la cuestión militante anterior o el amor que ambos se tuvieron, ella nunca dijo nada, ni hechó mierda sobre él. Pero sí puedo entender que lo hubiera hecho conmigo.
La cuestión es que mi viejo hace cinco años que mantiene una relación con un tipo de Buenos Aires, algo más joven que él, creo que me dijo 5 o 6 años, también con hijos, pero blanqueado hace mucho tiempo.

Yo la abrazaba y la miraba sostenidamente mientras me contaba todo esto. Se sonaba los mocos, me acariciaba la cara. Se reía lloraba.

- Mi viejo, puto. ¿Lo podés creer?
- Mirá es toda una sorpresa, pero entra dentro de las posibilidades.
- Pero por qué se calló tanto tiempo. Yo no soy una mujer de la prehistoria.
- Vos bien sabés que cada uno tiene su tiempo, amor.
- Sí. Ya lo sé. Mirame, yo cuidándome tanto.
- ¿Cómo te sentís?
- Bien, dentro de todo. Además fue muy loco, ya que él te conoce.
- ¿A mí?
- Sí. Me preguntó quién era la persona con la que estaba, y le dije. Tu apellido le sonaba, y es que te contrató un par de veces para organizarles unos eventos.
- ¿No me digas que tu viejo es “... ...”.?
- Sí!!!!!!! Ese mismo.
- Joder! Qué chico que es Santa Lucía!
- Sí, muy chico!

Lo que no le dije en ese momento es que yo sí ya sabía que ese hombre era gay, pero lo que no sabía era que es su padre. Buen tipo.

miércoles, junio 01, 2005

Salida del closet total de Melisa

Melisa pasó esta tarde muy excitada. Acaba de hablar con su madre de nuevo sobre su orientación sexual. Hace ya unos años atrás lo había y su madre se enojó un poco y luego pareció olvidarlo. Fue allí que hizo su aparición en escena Carlos, sobre todo para tener una excusas para sus salidas y sus trasnochadas fuera de su casa.
Parece que hoy la sentó, mate de por medio y se lo volvió a decir. Lo decidió porque siente que puede contar conmigo y porque dentro de poco se inaugura el bar de los chicos y no piensa esconderse. Nunca lo hizo, pero nunca había podido compartir sus historias. Así que le dijo a su madre que se fuera preparando porque le quiere presentar a su compañera.
Su madre lloró, pero la abrazo muy fuerte. Y le dijo que sólo espera que no la lastimen, y que pueda ser feliz sintiendo.
Pasó por acá para decirme que esta noche cena con el padre, para hacer lo mismo. El no sabe nada de nada, pero piensa decírselo igual.
Le pregunté cuándo había decidido hacer toda esta movida.
- Anoche mientras hacíamos el amor.
- ¿Anoche? y no me dijiste nada.
- No. Fue extraño, fue la primera vez que te sentí acabar libremente, como entregándote, y eso me hizo decidirlo. Esas cosas no se pueden simular.
-¿De veras sentiste eso?
- Sí, pero lo charlamos más tarde.

Me dio un beso, agarró su campera y se fue. Otra vez me dejó sin palabras, pero coincido: anoche yo sentí justamente eso. Poder dejarme ir en el amor.

De a tres (II)

Ayer no venía al caso contarle a Melisa mi experiencia, tan pero tan antigua. Era joven y en esa época aún estaba con Inés, ya saben, mi primer y gran amor.
Una noche volvimos de una fiesta con una amiga de la facultad, que como vivía medio lejos se quedaría a dormir en casa.
Allí pusimos un poco de música, abrimos otras cervezas y yo empecé a notar, mejor dicho terminé de confirmar toda la onda que le tiraba esa chica Inés. Me sentí un poco molesta, pero el cansancio o el alcohol no me dejaron reaccionar.
Ambas empezaron a bailar, e Inés me llevaba hacia ellas. Yo no quería. Me atraía hacia ellas, de la mano. Estábamos así hasta que la otra la besó. Lo que sería un pico, luego un poco más sentido, hasta que la que entregó su boca fue Inés. Ella quería que participara en ese beso. No. Me despegué de ellas. Y con una botella de cerveza desaparecí en el dormitorio. No vi nada de lo que pasó, pero sí oí. Cuando me levanté ya a la mañana esa chica no estaba, e Inés estaba desnuda en el sofá.
No hablamos de ello. Creo que no podíamos. Fue horrible y allí empezó a resquebrajarse algo entre nosotras.
Quizá si lo hubiéramos hablado antes, si hubiéramos compartido esa fantasía, o qué sé yo. Mi recuerdo de estar de a tres, no es de lo mejor. Es más, sólo hubo un de a dos y fue de ellas.