sábado, junio 04, 2005

Resaca

No exactamente mía, sino de Melisa. Llegó a eso de las 6 de la mañana, cayéndose de borracha, apestando a cerveza. Bueno, voy a ahorrar detalles. Apenas podía hablar, pero no paraba de decirme que no la dejara, que no era mala, que me amaba.
Una semana de nervios y decisiones para ella terminó en esta explosión. La pude llevar al baño, ayudarla de darse una especie de ducha. Le hice un té con jengibre, y la llevé a la cama.
Se despertó hará como un par de horas, y pudimos hablar. Me pidió disculpas. Que nunca se pone, que lo que había hablado con las amigas le había hecho recordar lo que habíamos pasado, y que una de ellas intentaba ponerla en mi contra, de todas maneras.
- Entonces tomé, tomé, tomé. Daba asco esta mañana, ¿no?
- No importa ya, quiero que estés bien.

Se volvió a bañar y se fue a la casa para buscar ropa, algunos apuntes, verla a la madre, y como me dijo, hablarle a la compañera de la facultad y mandarla a la mierda.

3 comentarios:

Unknown dijo...

:D esta melisa cada vez me cae mejor!

Unknown dijo...

Tus ultimos días han sido como una montaña rusa.. en cualquier caso me alegro de que todo esté bien entre vosotras y además con el bar a punto de abrir.. que fecha??

Anónimo dijo...

A veces, cuando abres la puerta correcta, con la corriente, se cierra la mala de un portazo. Suele ocurrir que, de tontos que somos, tenemos que tropezar en alguna piedra para emborracharnos y vivir en la verdad.

Como diría Espinete, hasta luego.