martes, junio 07, 2005

Entera

Tengo la piel sobre los huesos, los huesos en su lugar, el deseo a flor de piel, la piel como el deseo de la flor que un colibrí quiere libar.
Estoy a mitad de mi vida, plena, subiendo y bajando, sí, sí, pero plena. Hay una luz en mi corazón que brilla cada vez con más fuerza.
Esto aliviana, un poco, los días pesados, la repetición del encierro en la oficina, tratar con gente careta, deshacerme en ideas que otros llevan adelante.
El amor es como un pequeño remanso en estos días en que no sería nada de nada sin Melisa.

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