Melisa llegó a eso de la una de la mañana. No la podía parar. Me sacó de la cama, preparó café, y me dijo: “Sentate. No lo vas a poder creer!”.
Me senté, nos sentamos. Y me largó: “Mi viejo es puto”.
- ¿Qué? casi me atraganto con el café, que además quemaba y mucho!
- Sí. Yo estoy medio como loca, porque estuve como dos horas dándole vueltas al asunto para que no le cayera muy mal, hasta que me dijo: “Vos me querés decir que te gustan las mujeres?”. Me lo quedé mirando y le dije: Sí.
En este punto de su relato M. empezó a llorar, y se me acercó para abrazarme, más bien para que la abrazara. Parecía un flancito entre mis brazos, no esa mujer salvaje que suele ser.
- Sabés qué me dijo? Que por eso se terminó de separar de mi vieja. Que la quería un montón, pero que a él le gustaban los hombres. Parece que mi vieja lo tomó para el orto a todo esto, pero bueno, con la historia del exilio a cuestas y toda la cuestión militante anterior o el amor que ambos se tuvieron, ella nunca dijo nada, ni hechó mierda sobre él. Pero sí puedo entender que lo hubiera hecho conmigo.
La cuestión es que mi viejo hace cinco años que mantiene una relación con un tipo de Buenos Aires, algo más joven que él, creo que me dijo 5 o 6 años, también con hijos, pero blanqueado hace mucho tiempo.
Yo la abrazaba y la miraba sostenidamente mientras me contaba todo esto. Se sonaba los mocos, me acariciaba la cara. Se reía lloraba.
- Mi viejo, puto. ¿Lo podés creer?
- Mirá es toda una sorpresa, pero entra dentro de las posibilidades.
- Pero por qué se calló tanto tiempo. Yo no soy una mujer de la prehistoria.
- Vos bien sabés que cada uno tiene su tiempo, amor.
- Sí. Ya lo sé. Mirame, yo cuidándome tanto.
- ¿Cómo te sentís?
- Bien, dentro de todo. Además fue muy loco, ya que él te conoce.
- ¿A mí?
- Sí. Me preguntó quién era la persona con la que estaba, y le dije. Tu apellido le sonaba, y es que te contrató un par de veces para organizarles unos eventos.
- ¿No me digas que tu viejo es “... ...”.?
- Sí!!!!!!! Ese mismo.
- Joder! Qué chico que es Santa Lucía!
- Sí, muy chico!
Lo que no le dije en ese momento es que yo sí ya sabía que ese hombre era gay, pero lo que no sabía era que es su padre. Buen tipo.
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6 comentarios:
Nena, si tu vida fuera un culebrón de las tres de la tarde, barre con el rating.
No se puede creer cómo cómo se dan ciertas cosas.
No sé si culebrón... pero ?nunca pensaste en publicar esto, tipo libro?
Saludos, Lucrecia
WOW eso si es una historia interesante, que pequeño es el mundo. Y personalmente iempre me sorprende (no se porque) cuando dos personas que son familias son gays, por ejemplo dos hermanos o un padre y una hija como en este caso, etc.
Salir del closet debe ser lo mas liberador del mundo.
Me he quedado de piedra. ¡Quéeeeeeeeeeeee bueno! Oye, esto no le pasa a cualquiera, ¿eh? Un abrazo...
oig, jiji, esto si q es weno, lesbianargentinaaa!! desde luego, estar con melisa llena tu vida de sorpresas! no puedes decir q te aburres, eh? ;)
clap clap clap ! maravilloso ! pero pienso en todo lo que papi & nena tuvieron que tragarse ( el moco, la angustia, etc) [ o no , quién sabe.. ] tratando de decir a los otros y no decir a los demás, tratando de disimular pero no tanto, tratando de seguir, como se dice tan kitsch: con la frente alta, altísima ?? cuándo será más fácil manejar estas cosas? descubrir que tu marido o tu papi es puto no tiene por qué ser doloroso... ni tiene por qué ser un descubrimiento. cuándo uno podrá jugarse en la vida con todas las cartas bien visibles, sin nada oculto, che ! !
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