viernes, febrero 24, 2006

Los reflejos de la mente

Anoche, mientras cenaba con Amanda y Bárbara, tuve una sensación rara: algo parecido a la curación, a partir de las lamidas de esta animal que soy.
Animal humana que reconoce la finitud de todo: la vida, el amor.
Anoche recordábamos nuestras vidas en la época de la dictadura, nuestras ideas y vueltas; la gente amiga desaparecida, la exiliada, los amores, la censura, el miedo.
Ya todo el mundo leyendo sobre el próximo aniversario de la última dictadura militar, y es casi imposible dejar de hablar de ello.
La recordé a Ana, una amiga en común con Amanda... ¿estará en España aún? Recuerdo haberme enamorado de ella, pero nunca le dije nada. La amé y deseé en silencio durante años.
Me puse a pensar en mi propio exilio, en la biblioteca quemada y enterrada.
Bárbara nos contó que también se tuvo que ir. Cuando vinimos a casa nos quedamos charlando hasta las cuatro de la mañana. Hoy antes de salir a trabajar, la desperté con un mate. Ella durmió en el living, y al despertarse, con ojos medio colorados me dijo: “No pude dejar de soñar con persecuciones con perros”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Milicos de mierda.
Nos robaron una generación y los sueños de muchos otros.
Ni olvido ni perdón.

Cococho

Es mas que amor dijo...

las dictaduras y las estupidas formas de tener el poder de un pueblo nos limito la vida a muchos, y latinoamerica se distingui negativamente por eso en cierta epoca...

chile aun carga con muerte, odio, destruccion, chile aun no da paz a aquellos que perdieron a sus gentes, aun no cortamos definitivamente con el militarismo. es una lastima.

nev

Anónimo dijo...

¡¡¡Feliz Día V!!!