Llega un momento en que si una no para, no se detiene y hace como una especie de “resume” del historial de los últimos tiempos, simplemente se va a la mierda.
Tantas emociones, tantos niveles relacionales. Tanto sexo, cocina y rockanrroll. Tanto piercing, ex compañera del colegio y ex amante del tomate.
Tanto coming out familiar, familias ampliadas y felinas adoptadas.
Tanto amor desaforado y sin forma.
Tanto amor desenfadado y ultramundano.
Tanto flujo y reflujo. Tanto deseo dibujado con la lengua, con los dedos, con la concha, con las piernas.
Tanta vida acumulada, tanto trabajo, tanto cambio. Hice: plaf, me caí y surmenage. Sí, así como lo oye vecina. Sur-me-na-ge, y no era justamente el menage del sur, no, no.
Me caí desplomada: plof sobre la compu, menos mal que en casa. Sales, unas pastas, y arriba. Que si no descansa, y que patatín y patatán.
Resultado: avión: sierras de Córdoba: la casa de la tía del padre de mi chica.
Allí: no hacer nada, pero me hicieron de todo: desde mimos a comidas, hasta una torta de chocolate. Me dejé hacer. Me dejé mimar, y si bien ya volvimos, seguiré laburando a reglamento, no en dos o tres cosas por semana sumado a la vida en general.
Ahhh... qué lindo el verde, las sierras, la nada, el respirar hondo y sólo el amor.
martes, junio 21, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
.
Me alegro de que estés de vuelta, feliz, mejor, recuperada.. Bienvenida..
nooooooooo!!!!!!!!!!! surmenage de verdad??? bajón. espero que ya te sientas bien y en el lugar donde querés estar.
abrazos
Lindo post. Si querés recordar córdoba con cariño, te presto mi sitio para tales fines (www.revistapeinate.com.ar).
Saludos,
José.
Publicar un comentario