Melisa pasó esta tarde muy excitada. Acaba de hablar con su madre de nuevo sobre su orientación sexual. Hace ya unos años atrás lo había y su madre se enojó un poco y luego pareció olvidarlo. Fue allí que hizo su aparición en escena Carlos, sobre todo para tener una excusas para sus salidas y sus trasnochadas fuera de su casa.
Parece que hoy la sentó, mate de por medio y se lo volvió a decir. Lo decidió porque siente que puede contar conmigo y porque dentro de poco se inaugura el bar de los chicos y no piensa esconderse. Nunca lo hizo, pero nunca había podido compartir sus historias. Así que le dijo a su madre que se fuera preparando porque le quiere presentar a su compañera.
Su madre lloró, pero la abrazo muy fuerte. Y le dijo que sólo espera que no la lastimen, y que pueda ser feliz sintiendo.
Pasó por acá para decirme que esta noche cena con el padre, para hacer lo mismo. El no sabe nada de nada, pero piensa decírselo igual.
Le pregunté cuándo había decidido hacer toda esta movida.
- Anoche mientras hacíamos el amor.
- ¿Anoche? y no me dijiste nada.
- No. Fue extraño, fue la primera vez que te sentí acabar libremente, como entregándote, y eso me hizo decidirlo. Esas cosas no se pueden simular.
-¿De veras sentiste eso?
- Sí, pero lo charlamos más tarde.
Me dio un beso, agarró su campera y se fue. Otra vez me dejó sin palabras, pero coincido: anoche yo sentí justamente eso. Poder dejarme ir en el amor.
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3 comentarios:
Concuerdo con M. Esas cosas no se pueden simular. Piu avanti LLA!, G.
vaya... dice mucho la frase de dejarse ir en el amor, es perfecta...
Por cierto... ¿qué es una campera?, ¿una chaqueta?, ¿de qué tipo?....
;*
Si, es una chaqueta.
Te felicito LLA! No te da un poquitín de miedo esto de conocer a tu suegra???
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