martes, diciembre 13, 2005

Al otro lado del espejo

Temprano sonó el teléfono. Antes de llegar el tubo a mi oreja sentí el llanto. Era Melisa. Apenas podía entenderle qué decía. Su amiga parisina había sufrido un accidente: bici, auto, noche, y llanto, puro llanto. No sabía qué decirle, ni cómo consolarla.
- ¿Vive? le pregunté.
- Sí, vive, aún vive. Nunca me había pasado esto. Nunca, me entendés.
- Sí, seguro que te entiendo.
- Nunca le había pasado algo a alguien con quien yo ando. Nunca. Y más llanto.
- A veces pasa, pero me preocupás vos.
- Yo estoy bien, sin dormir, pero triste, muy triste. Bueno, no tengo más monedas.
- Decime donde estás y yo te llamo.
- No. Así está bien.
- Ok. Cualquier cosa llamame por cobrar, o mandame un mail.

Cuando colgué, no sé por qué recordé estos versos de Prevert: “¿Recuerdas Barbara? Llovía aquel día sobre Brest...” lo recordé en francés. Loca asociación.

2 comentarios:

Diego Gutiérrez dijo...

Pues vaya con la niña...q t llama para dejarte preocupada pero luego no quiere hablar más tiempo...
en fin... cada cual es muy suyo
A mi se me han muerto dos amigos en 2 accidentes de coche distintos...
Pero eso es otra historia... uno cdo teniamos 22 años y otro cdo teniamos 28...
La vida... la carretera...
y ninguno iba tomado, por si me van a boludear con eso...
SL2
DG

Anónimo dijo...

Mira que loca la vida... Hoy es mi cumpleaños... Y no se si enojarme o ponerme triste, porque mi padrino que desaparecio por 15 años hoy se le dio por aparecer mandandome un ramo de flores a mi casa... Quisiera poder llamarlo y mandarlo a la mierda... O agradecerle... No se... Pero como no lo conozco... Tampoco tengo su telefono... Asi que en fin...