domingo, febrero 05, 2006
Talking head(s)
Te gustan los juegos mentales, eso hace que me gustes más. Las palabras, además de la música, son tu pasión. Hacía tiempo que no me pasaba: alguien rápida, que devuelve la estocada mental al toque, alguien que dispara rápido sus ideas, sus respuestas, en al menos otros dos idiomas.
Me das la razón: tu nombre no es Amanda, es Lucrecia. Te creo un poco más, pero aún me suena literario. No importa. Esto es un juego, y lo juego. Es bueno saber desde un comienzo de qué va la historia o la no historia.
¿Mi corazón? Una especie de caleidoscopio, lleno de gasas y pervinox. Ya nadie podría romperlo, ergo no pido eso, pido que vengan y me lo roben, de una vez para siempre, que me lleven con él, que me lleven de verdad. Que me traguen y me vomiten.
Pero, si lo pienso bien, ni eso pido. Ya no pido nada, cada vez que lo hice me fue dado, pero el antídoto no suele venir con el veneno.
So, here we are, Lucrecia and me. Living loving we’re just two women. ¿Veneno? ¿Lucrecia? Hmmm. Sigo con los juegos, mentales, de palabras, de significantes en trance.
Etiquetas:
Amanda (Lucrecia),
Metafísica del des-amor,
Mi pasado me condena
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
caray..eres un hacha....te enamoras y a la vez enamoras cuando escribes...bueno yo tambien soy enamoradiza....pero la suerte de cada una es...eso suerte de cada una....el antídoto debemos de crearlo nosotras después...mucho después...¡que bueno eso de que te lleven el corazón!...lo mismo digo..en ocasiones pienso que nadie queire compartir la responsabilidad de robarnos el corazón y llevarselo para siempre....¡ estamos hechas para el siempre!...jajaja...que lo pases bien y cuidate.
un beso
detesto los blogs personales. nevertheless, vos tenés una buena novela.
saludos.
Publicar un comentario