lunes, febrero 13, 2006

Yo debo estar loca

Mientras me cepillaba los dientes no dejaba de mirarme en el espejo. Mi imagen matinal era de espanto: ojeras, cara hinchada, ojos medio rojos. Puaj.
Me miraba y me decía: vos debés estar enferma, o loca. A vos deberían encerrarte y no dejarte salir cada vez que Melisa toca a tu puerta. Vos tenés que decirle que no, ser más dura. No es no en cualquier idioma... menos en el del amor me contradecía mi otro yo.
Un espanto, realmente. Hablando sola mientras me higienizo, mientras me ducho, mientras tomo el primer café de la mañana y preparo la portátil para salir a mi trabajo.
Anoche vino de nuevo, y volvimos a caer en el desenfreno del sexo, en el delirio del deseo, pero no cáscara, sino algo más profundo, y eso es lo que me asusta, y mucho.
¿Cómo sobrevivir a esto?¿Cómo sobreviviré cuando no ande por acá?
Lo charlamos, lo hablamos y no me convence, pero mientras tanto vuelvo y yo acepto.
Le conté esto a Amanda, mi mejor amiga, y me dijo muy suelta de cuerpo: “estás hasta los ovarios, y en todo este tiempo ese sentimiento en vos no cambió. Bancate ese defecto”. La mandé a la mierda. Uff, no la llamaba para que me dijera lo que ya sé, sino para que me dibujara un salvoconducto. Por lo pronto no lo hay. No way, out.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando el amor se mete hasta los "ovarios" es dificil...eh...dificilillo lo tienes....de todas formas si estas tan colada disfrutalo...
un beso

Anónimo dijo...

me gustó eso de "en el desenfreno del sexo, en el delirio del deseo, pero no cáscara, sino algo más profundo, y eso es lo que me asusta, y mucho."
hace un tiempo estuve con alguien que me volvió loca de esa manera y mis amigas insisten en decirme que no me preocupe, que me divierta cuando esté por acá (vive lejos y está casado, igual que yo) pero cuando el deseo asusta es difícil no pensar que tal vez la vida esté en ese otro lugar.
No te conozco y no me acuerdo cómo llegué a tu blog pero me gusta mucho leerte, me hace bien.

Anónimo dijo...

Yo me dejo arrastrar.

Besos, Leo

Anónimo dijo...

E. estás hasta las manos.
La amas hasta el cuajo. Y creo que de eso no es fácil salir.
Fijate hasta donde te hace bien y hasta donde te hace mal. ese es el límite. Al menos para mí.
La amás hasta lo más profundo de tu alma y ojalá yo tuviera alguien que me amara así.
Te admiro.
Adelante
Soy Cococho pero no puedo acceder con ese nombre de usuario porque olvidé la contraseña