jueves, junio 08, 2006

En medio de otra obra


Sin duda alguna, la mía no es un obra de títeres, es un obra de reconstrucción material y emocional.
Cuando dejé de escribir este extraño diario (tan público) estaba en medio del arreglo de lo que fue mi casa de infancia. Aún sigo con eso, no es tan fácil ya que dependés de los albañiles, de su buena voluntad y que tus momentos fuertes de entrada de plata coincidan con la presencia de los señores antes mencionados.

Debo decir que la casa está quedando muy bien, que intento que sea lo más acogedora posible, y que desistí de la idea de hacer en ella un centro cultural. La experiencia con “La Mariposa” me ha puesto sobre aviso: un pueblo es un infierno muy grande para cualquier cosa que salga fuera de “lo normal”, del contexto de las “leyes naturales” y de lo “conservador”. Es más, me quiero ir de aquí. Sí, a la vejez viruela me quiero ir.
“La Mariposa” no cerró, pero le caen los canas para ver qué pasa allí, les mandan a los de bromatología, le han hecho pintadas fundamentalistas en las paredes. Roberto ya está cansado, pero sigue adelante.
A veces, cuando nos juntamos, terminando diciendo: ¿Y si nos vamos a Rosario o a Buenos Aires? Lo estamos sopesando, pero creemos que las cosas hay que hacerlas en tu lugar de pertenencia, o al menos en donde estás viviendo. Ya sé, ya sé: no hay que inmolarse si no se puede, sólo intentarlo y ver qué pasa.

Con todo esto en mente, lo que quiero hacer es terminar de arreglar este lugar, mudarme aquí para no vivir en un edificio por más planta baja que sea, y pensar en mi retiro: laburo, amores, ciberespacio. Volver a la concha del anonimato. Volver a mi ser Elvira, bien adentro y de alpargatas.
Ando medio telúrica, medio depre, medio ¿acartonada? No, qué va. Un alma lastimada no se acartona sólo se blinda, pero como bien se sabe: siempre queda el talón de Aquiles.


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2 comentarios:

Corso dijo...

¡Bravo, querida!, nunca había visto a nadie condensar tanta intensidad en tan breve espacio de tiempo, con unas letras bien escogidas y una depurada estructura.

Intento releerte con cierto acento argentino que no tengo para tomarte el pulso.

Gracias.

Anónimo dijo...

si puedes, cambiate. Siempre los cambios son mejores. Y si te vas a Buenos Aires, saludame a mi esposa... que se cambió para allá.