No sé por qué amanecí triste. Así como digo: amanecí. No es que me fuera entristeciendo, algo vino conmigo desde el sueño.
Gusto amargo, resabio de ¿vidas pasadas? Alerta, muy alerta debo estar. Presiento cuando estoy por caer en un hastío peligroso: me dejo estar, envuelta en pensamientos trágicos. Es una picada metafísica: ¿qué pasará cuando no esté? ¿qué puedo hacer por lo míos? Me puedo contestar: pasará lo que deba pasar, nada más.
Como dijo por allí la cantante Laurie Anderson:
“Remember me is all I ask./ And if remembered be a task forget me”. (Todo lo que pido es que me recuerden, y si recordarme es ardua tarea, olvídenme). Muy buena frase.
Debo relajar los músculos de la cabeza y del alma y dejarme llevar. Recuerdo un mail que recibí de una chica, que en su momento tuvo la edad de Melisa, y su compañera se hacía las mismas ideas que yo: la edad, ect. Esta mujer falleció a causa de una enfermedad, y según mi corresponsal, se le fue mucho tiempo en ese divagar inútil.
Que quiero decirme: vida hay una sola, y deberíamos zambullirnos en ella, y beberla toda y disfrutarla, ya que cuando llegan esos momentos en que debemos ponernos serias o preocuparnos de verdad, lo debemos hacer, sí o sí.
jueves, septiembre 22, 2005
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3 comentarios:
Wow. Sos valiente en mostrar tu lado débil. No sé, es como mostrar una fisura.
Un abrazo, Lucía.
No creo que sea debilidad. Para mostrarse así hay que tener mucha fortaleza interior.
Besos, Grise
Bueno, pero relajemos el cerebro y simplifiquemos un poco nuestras vidas!
no hay que ser esponja las 24 horas, sentí y hace.
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