No podía, no quería volver a las palabras, a este mundo... quería perderme en otro, crear otro, empezar de cero... pero tampoco podía, ni quería.
Soy la que soy, la que ha estado aquí, sola o acompañada. La caida es dulce, dulce el amor del ocaso. Sola y no tanto. Dolida y azul.
Me lanzo, me sumejo. Crezco y despliego las alas.
Sola y no tanto, al menos sin Melisa aquí, ya partió. Fue a la ciudad luz. Celebremos el vuelo de la paloma. Fly, fly my darling.
lunes, septiembre 12, 2005
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