Me levanté con acidez, dolor de cabeza, y de parte inferior del cuerpo humano. Ni la quiero nombrar, pero empieza con “C”. Es que a la vuelta de la película Renata estaba más que cariñosa. Ella pudo llegar a su paraíso y yo me quedé comprando los tickets para una próxima vez. Lo malo es que ella se empeñó en intentar sacarme un orgasmo y pago las consecuencias.
Fui a lo de Amanda, mi amiga y consejera:
- ¿Cincuenta? ¿Estás segura?
- Sí Mandy. Me contó Renata, la tipa tiene cincuenta, es psicóloga, y una mandada para algunas cosas. Yo realmente no la conocía.
- Me suena el nombre, pero no importa. Vos estás segura que Melisa estaba allí “de onda” con ella, me preguntó Amanda.
- Sí, si te digo que la tenía unas mesas adelante, y por más oscuridad una ve cuando dos personas se besan o acarician.
- ¿Y cuál es el problema que tenga cincuenta?
- Es mucha edad! dijo casi enojada.
- Pará Elvira, la del mambo con la edad SOS vos, y lo que te jode, dejame que lo diga es que esa “vieja de cincuenta” se esté curtiendo a tu ex, como vos no quisiste seguir haciéndolo.
- De quién sos amiga, mandy, de Melisa o mía.
- Mirá Elvira, yo te quiero mucho, pero mucho, me entendés (me agarró por los hombros) y quiero, deseo, espero que estés bien con alguien.
- ......
- Por eso te voy a decir esto lo más directamente posible: o le das para adelante con Renata, y disfrutás lo que tenés, o bien cortás, vas, la buscás a Melisa y ME/ NOS DEJAN DE JODER. Vos estás hasta los ovarios con esa mina, qué hacés entonces??
- NADA, grité. Ya sé que nada... me puse a llorar.
Sí lloré, sin cebolla, por las mías
- Lo que te pido es que no te sigas haciendo mierda, y que no hagas mierda a otras personas. Además no sé que te pasa, pero te he visto en otras relaciones y nunca tuviste esta locura galopante: que la edad, que el saltar de cama en cama. ¿Qué querés probarte, Vita, qué querés?
Me mató. Amanda me mató, usó el nombre secreto, ese que ni siquiera yo debería estar escribiendo aquí. Era su forma de llamarme cuando éramos un poco más que adolescentes.
La miré y la abracé fuerte; apenas pude susurrar un gracias.
- Mirate, me dijo: sos hermosa, fuerte, inteligente, ¿por qué enrollarte tanto? ¿qué hiciste que pensàs que te merecés pedazo de castigo?
Tags: lesbianas, lesbiana, argentina, romance, amor, erotica, deseo, pasion
domingo, septiembre 17, 2006
Acidez estomacal
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Alguna vez leí en un libro sobre guerra que la bala que te mata es aquella que no se siente, que en segundos está dentro de ti pero que no supiste cómo llegó allí... Y si no queremos morir lentamente con eso dentro hay que sacarlo. Sacarlo fuera y lejos. Lejos hay que echarlo... Puedes seguir con Renata y pensar en alguien más, pero te lastimarás y lastimarás a alguien... ¡Hay que sacar esa bala!
La verdad es que Amanda, le da en el clavo siempre.
Dale bola y date bola a vos con lo que te pasa.
Eso, dale bola a amanda, quieras o no, me parece que siempre te canta la justa.
Estoy en ascuas. ¿Qué más puede pasar aquí?. Ojalá que pase lo mejor.
Hola me gusto mucho tu blog y si podes lee la chica del milenio es un libro como sos vos te va a gustar mucho .
Saludos
Publicar un comentario