Santa Lucía jamás tuvo un boliche gay, jamás una sección relacionada a lo lgtb en una librería. Sí hay esquinas, zonas de la ciudad frecuentadas por los muchachos.
Las chicas, ah, las chicas no hemos tenido mucho, salvo nuestras miradas cruzándose en cualquier lugar, ver si se podía acercarse a esa persona, o bien las amigas de las amigas, o las amigas, o las hijas de las amigas, o las madres de las amigas.
No es una ciudad grande, tiene sus casi 300.000 habitantes, pero no es el infierno de Buenos Aires.
La idea de Roberto y Damián me parece bien jugada, y me imagino lo que se vendrá. La liga de la decencia, y esos grupos que existen en todas partes.
Melisa está como loca y ya anda marcando catálogos, y buscando cosas por internet. Yo los ayudo pensando en las posibles reformas al lugar, títulos de libros y buena onda.
El bar estaría pegado a la librería, pero no la incluiría. Ámbitos separados. Está cerca del centro, y creo que con el tiempo se irán animando a la cuestión del día.
Cuántas veces soñé con un lugar así. Está bueno verlo a los 42 años. Sí, claro que sí.
Me muero por empezar a ver a las tortas tapadas, a esas de las cuales vos sospechás y nada. Realmente me parece que esto será el efecto mariposa.
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1 comentario:
jaja, eres malvada!!! tú a lo tuyo, a presumir de chica y a tomarte copas, no cotillear quién ha entrado por la puerta, viborilla!! ajajaaa
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