martes, mayo 17, 2005

Cómo vienen mis días

Puedo decir que mis días están transcurriendo con cierta paz que no deja de llamarme la atención. Es demasiada.
Poder disfrutar del amor, dar y darme placer en la compañía de la persona que estoy aprendiendo a querer. Me siento enamorada, hasta enamorada de toda la situación en la que conocí y cómo se fue dando lo mío con Melisa. Pero querer es otra cosa, al menos eso me parece a mi.
La mayoría de las veces nos encontramos en casa, pero yo también voy al departamento que comparten con Carlos.
Siguen los arreglos en loo que será “La Mariposa” el primer bar lgbt de Santa Lucía. Está quedando lindo. Todos tenemos muchas expectativas.
Melisa está intentando convencerme para adoptar una gatita. Y yo lo estoy pensando mucho. Tengo un patio con plantas y todo, pero no sé.
El trabajo va bien, y eso ayuda mucho. Pero ya ando pensando en las vacaciones. Quizá pueda hacer algo en julio. Y ése es otro vértigo: ¿vacaciones juntas?. Todo suena como que es la primera vez, y sí lo es con esta persona.
Ah, la otra noche salimos a tomar un helado con Melisa y nos cruzamos con Dolores. La cuchillada fue atroz: estaba con un tipo. Sé que me vio, pasamos por delante del bar en donde estaban. Lo peor es que conozco al tipo, y realmente no sé si me lo está haciendo a propósito. ¿Se puede ser tan perra? Y de última ¿por qué me calienta tanto en qué está ella si yo estoy bien con M.?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿No será que aún estás enamorada de ella? No digo que no quieras a Melisa y que no estés bien con ella, pero a veces llega una persona, creemos que es lo que necesitamos y nos dejamos llevar sin hacernos preguntas. Aunque también es verdad que cuando hemos querido mucho a alguien, siempre nos dolerá que esté con otr@, es como si nos estuvieran robando algo que antes nos "pertenecía"... Ays, dios, ¿por qué las cosas tienen que ser tan complicadas?