lunes, mayo 30, 2005

Confianza

Anoche Melisa se quedó a dormir. Además de volver a ver “Bound”, charlamos mucho. Volvimos sobre lo que nos pasó, ya que, si bien yo me mandé la cagada, eso nos afecta a ambas.
Una de las líneas que ella tiró fue cómo me hubiera sentido o qué hubiera hecho yo si decidía no decírselo: “De todas formas fue sólo un polvo, ¿no?”, me dijo.
Sí, fue sólo un polvo, pero no podría guardarme eso. No podría estar con ella tranquilamente. Por eso se lo dije. Me parece que debemos ser sinceras en este punto. Y le dije que con Inés, en su momento, nos habíamos propuesto decirnos si pasaba algo con alguien.
- Yo no sé. No sé si me quiero enterar todas las veces.
- ¿Todas las veces?
- Es un decir. Tampoco sé si yo te lo diría. Salvo que sintiera que con esa persona pasa algo realmente importante y que daría para plantearte la separación.
Me la quedé mirando. Este último pensamiento me hizo sentir un frío en la espalda, pero no se lo dije.
- Me parece, continuó, que es como una tortura mental para la otra persona. Por ejemplo yo, sólo porque confío en vos sigo con vos. No tengo manera de saber si no fuiste y te acostaste de nuevo con esa mina.
- No lo hice.
- Está bien. Pero está bien porque te creo. Podría ser lo contrario.
- Meli, estamos hablando de construir con confianza en la otra.
- Sí, pero cómo volvés a confiar después de eso. La otra se cagó en la confianza, o al menos la resquebrajó.
- Mirá, sería buenísimo que me pudieras decir que ya no confiás en mí, y que querés cortarla por eso. No quiero ni torturarte mentalmente ni que me hagas sentir culpable por toda la eternidad.
- Ves, cazaste el punto: la sinceridad tiene dos caminos: tortura y culpabilidad.
- Creo que la confianza se puede volver a construir. Creo que una se puede dar cuenta que la otra no quiere lastimarla. Que lo que pasó fue nada, comparado con lo que esa persona siente por la otra. Yo te amo, y quiero seguir con vos. Para mí lo otro no fue nada.
- Te creo y lo siento. Pero bueno, creo que necesitamos más tiempo. Más de estar así, o de recuperar la mística de los primeros momentos.

5 comentarios:

Minna dijo...

Es un tema escabroso el de la confianza y la sinceridad en la pareja. A mí me pasó de cometer un terrible acto "sincericidio" justo cuando empezaba mi noviazgo con la que hoy es mi esposa. La consecuencia fue que tuve que remar cuatro años para levantar de nuevo la confianza perdida por una confesión que, a posteriori, me di cuenta que me podría haber ahorrado ya que era un asunto mío y de mi pasado que no la afectaba a ella ni a nuestra relación.

La línea que separa las cosas que se deben sincerar y las que pertenecen a la intimidad de una es extremadamente fina.
Personalmente, creo que tiene que ver con el "contrato" tácito o explícito que se haya sellado entre ambas partes y en qué medida la otra parte se ve perjudicada por mis acciones.

De cualquier manera celebro que puedan dialogar sobre lo que les pasó ya que es la única manera de que puedan seguir adelante eso tan hermoso que iniciaron.

Mucha Suerte!

Unknown dijo...

Está bien que fueras sincera si te lo pedía el corazón. Si andas mal con algo que hicistes y callas yo creo que al final la cagas y mucho peor. Creo que ella de verdad te quiere.. y eso es raro hoy día, es lindo.. tenés suerte, cuidalá..

Un beso

Nesk dijo...

Yo creo que si se comete un error, hay que saber afrontarlo.
La infidelidad no entra en mis planes y obviamente el futuro depara muchas cosas, pero sinceramente, antes de hacer nada de lo que un@ se pueda arrepentir, lo mejor es dejarlo con la pareja.

Anónimo dijo...

Nunca es facil. Yo nunca se si debo decirselo o callarme. Para mi no tiene importancia. Ella me ruega que se lo diga. Pero tambien me dice que me atenga a las consecuencias. Yo soy muy sincera con ella en todo....salvo en eso, a veces...

Anónimo dijo...

En eso solo yo voto por callar... no creo que nadie se lo banque de verdad. Siempre siempre siempre queda algo.