jueves, abril 21, 2005

Love letters: Elsa

Hoy me descubrí unas canas, no me quedan mal, en realidad apenas se ven. Pero junto con las canas descubrí una vieja caja llenas de cartas. Estaba cubierta de polvo, bien alto en una de las estanterías. Ya casi la había olvidado, y en verdad, tenía miedo a abrirla.
Es una caja simple, de esas para archivos, de un marrón ya gastado. A pesar mío la abrí. Un vaho de humedad, perfumes, y polvo me atacó. Tuve que toser y la caja se me fue a la mierda, pero por suerte las cartas estaban acomodadas y atadas en paquetitos.
No recordaba que me hubiera tomado tanto trabajo con ellas; demasiada paciencia para una impaciente como yo.
Así que las junté, me fui al living con ellas, me preparé un café y me abismé en ese pasado.
Empecé con un paquetito envuelto en papel barrilete azul. Afuera se podía leer: Elsa. Y me pareció bien comenzar por esas, ya que desde este fondo de olvido y no olvido, es decir el presente, el otro día recibí una de ella.
Las conté: 10. Sobres gruesos, de esos con un forro de papel azul adentro, sobre viejos para esta época. Me encantan.
Comienzos de los noventa. ¿En qué andaba yo por esos años? Mejor ni pensarlo. Era la peor de todas. Ja.
Comienzos de los noventa. Entre dark y romantic, yo salía con una ex violinista. ¿Se puede ser realmente ex violinista? No lo sé, ella pensaba que sí.

“Querida ...:
Tu presencia ayer en casa me dio ganas de intentar parte del “Trino del diablo”. No porque sea una gran intérprete sino porque Tartini me recuerda a vos: rebuscada casi sin sentido.
No te enojes. No frunzas el ceño. No te alejes. Al menos me hacés acercar al violín y no al alcohol.
Ah tus besos,..., me encienden. ¿Lo podés creer? Para una vieja de mi edad, y vos tan joven, tan con ganas de comerte el mundo. Ya te lo estás comiendo y me estás dejando sin nada.
Te quiero ¿sabías? Y me da bronca que estés lejos. Que estos kilómetros nos separen.
Vos sabés que yo no puedo viajar tanto como querría, así están las cosas, y te pido que me comprendas.
¿No te basta que te quiera, que te desee?
(...)”

No puedo seguir transcribiendo. Se me nublan los ojos por las lágrimas. Qué día hoy, qué día.

3 comentarios:

lukas dijo...

Ay, esos recuerdos mediante las cartas..., qué bueno, una ex violinista..., menos mal que no le dio por tocar la Passacaglia de Biber... Aquí en España permiten ya los matrimonios homosexuales, a este paso somos los más liberales ;-)

Elvira P. dijo...

Ni que pensarlo Lukas! Gracias por la visita.

Anónimo dijo...

Elvira,necesitaria que me dejes alguna direccion de e mail donde te pueda escribir.Soy Paula ,mandamela a sevienepaulita@hotmail.com

Saludos!