Hace un rato terminé un trabajo. Uno de esos fastidiosos almuerzos de trabajo empresariales. Por suerte el restaurant elegido era cerca del río, así podía salir a fumar y caminar un rato mientras ese bodrio terminaba.
Estoy aquí en la oficina, tratando de dejar todo acomodado. Y empiezo a pensar en el fin de semana y me doy cuenta de que el que se aproxima no es para nada igual al último.
En el anterior estaba como devastada, y ahora estoy como nueva, asombrada, enternecida y excitada.
Pero mi duda es... ¿ todo el fin de semana con ella? De sólo pensarlo me da un frío en la espalda. Demasiado. Estaría bueno encontrarse, pero ya me conozco... Cuando la observaba anoche cómo se movía en mi espacio, cómo iba y venía entre las cosas, cómo se paraba frente a mi biblioteca o cómo elegía la música mientras yo terminaba de cocinar. No sé es un vértigo muy grande, porque ella es tan, tan... No quiero adjetivarla ella es. Un relámpago, un eclipse, tres amaneceres juntos. Es lujuria y juego.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan viva en la cama. Podés acostarte las veces que quieras, pero no siempre te sentís así. Si a alguna le pasa, la envidio. Eso no pasa conmigo, pero ahora sí está sucediendo.
Una ráfaga y un remanso en mi cuerpo. Me cobija y me desnuda. Me hace danzar en fuego.
Por todo esto lo quiero pensar. El cuerpo también pide un descanso. Todo muy rápido.
viernes, abril 29, 2005
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3 comentarios:
Seguro que es un poco de miedo. Creo que a mí me pasaría lo mismo.
Y como Brocco, quiero detalles. Ay el morbo.
Besos, Dorys
me alegra que aunque con nervios,estes siendo feliz.Buen finde,esperare los detalles =P
Yo la invitaría y vería qué pasa. Quizás te da una gran sopresa.
Sandra L.
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