Debo confesar una de esas banalidades super burguesas: me gusta ir al super y hacer las compras.
Cuando era chica odiaba hacerlas, pero desde hace un tiempo le fui tomando un gustito. Sobre todo cuando podés tener unos pesitos de más (porque sacaste unos mangos extras o porque decidiste dejar de pagar algo) y podés darte un gusto.
A mí me encanta detenerme en la parte de chocolates y dulces. Ah sí!, además de todo soy golosa, ¿qué otra cosa podría ser una torta?
Me gusta ir mirando qué hay de nuevo en chocolates, qué traen, con qué me puedo regalar a la noche, cuando la ansiedad asoma y no puedo con ella.
Pero no es sólo la ansiedad, es el gusto por el chocolate. No dejo de pensar en la película de la Binoche, pero en una posible versión lésbica. Ella con la Fanny Ardant! Mamma mía!
Chocolates con almendras, con leche, amargos, tipo tiramisú. Nunca descarto la posibilidad de un frasquito de Nutella, pero está tan caro.
Esta tarde, de todas formas, no me traje mucho, pero sí lo necesario para endulzarme el alma.
Ya les contaré cómo va ella y mi vida.
sábado, abril 23, 2005
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3 comentarios:
definitivamente: el chocolate ES la felicidad. y los budines, dulces, postres, helados...
Epa! sí que eres golosa Mamá Bambi! tampoco hay que exagerar, no? Saludos.
Adoro a Fanny Ardant !!!!!!
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